viernes, 30 de enero de 2015

Toca teatro: Perro sin raza...

A espaldas del Auditorio Nacional, el Centro Cultural del Bosque siempre ofrece opciones muy diversas para pasar un buen rato de teatro.

Son varios espacios, hay pequeños, medianos y grandes, donde año con año convergen propuestas clásicas e innovadoras con un grupo de actores avalados por el INBA.

En un brevísima temporada, la sala Xavier Villaurrutia presenta en escena "Perro sin raza", comedia escrita por Ed Harris y llevada a escena por Fernando Rovzar.


La obra nos enfrenta a la monotonía, al hacer y deshacer diario con personas que no elegimos nosotros mismos y posiblemente en un sitio donde tampoco quisiéramos estar, pero debemos pagar cuentas, renta, etc.

María, Elvis y Juan son ejecutivos comandados por la Lic. Dulce.
Podemos vernos reflejados en escena en todo momento, cómo cuando el hartazgo se hace presente, el repudió a un compañero o las ganas ahogadas de responderle al jefe.
Es una obra que genera muchas risas, pero debajo de ellas, presenta situaciones de soledad, desamparo, tristeza y ausencia.

La historia va más allá, nos permite ver como en ocasiones el trabajo nos funciona como distractor de nuestra realidad, de nuestro entorno, de nuestros sentimientos.

María hará lo posible por cumplir una promesa a su padre.
Juan, el mayor, simplemente cumple su trabajo, respetando reglas y siendo el que menos exige, es quien representa tal vez lo peor que puede pasarnos en la vida, conformarnos.
Elvis, es el típico timido introvertido que guarda para sí, una cantidad de sentimientos y de irá contenida.
Dulce es la jefa, la estricta y la que a través del miedo, logra el "respeto" de sus subordinados. Descargando en ellos su irá y frustración.
Pipo es la señora de la limpieza, ese compañero silente que observa todo y de todo se entera.

Estos 5 harán que reflexionemos sobre lo que hacemos con nuestra vida, con lo que prometemos, con lo que realmente queremos hacer de nuestras vidas. 
Nos enseña de manera divertida el modo en el cual, todo humano debe buscar su felicidad. Nada como hacer lo que más nos satisfaga.


Es, un gran ejercicio teatral, con un escenario estático y que permite adentrarnos en la trama antes de la 3a llamada.

El elenco por demás mencionar, esta genial. Empezando por el señor Hernán Mendoza como Juan, el grandote gruñón. Hernán siempre impregnando de personalidad cualquier personaje que le pone en frente.
Norma Angélica, una señora que hemos visto ya en diferentes obras de teatro y cine, lleva a cabo a Pippo, un personaje tierno, ella representa la esperanza.
Marianna Burelli es María, la chava que poco a poco va dejando de lado sus anhelos y esperanzas para sucumbir ante la monotonía.
Elvis esta representado por Mauricio Isaac, un joven que tiene grandes momentos en el escenario.
Por último y no menos importante, Rocío Verdejo, a quién recordarán por su participación en Matando Cabos, es Dulce, esa jefa elegante y con clase y que no permite que nadie se salga del corral. Ella representa la frustración.

Sin duda, una muy buena obra y gran montaje.

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