lunes, 1 de septiembre de 2014

Ramón y su travesía por el viejo continente.


El mexicano Jorge Ramírez Suárez ha participado en cintas como "La mujer de Benjamín" "Amar" y "Conejo en la luna" por mencionar algunas, este director, productor y escritor nos presenta en esta ocasión: Guten Tag, Ramón.

Una cinta honesta, limpia, sencilla... considero que entra en la categoría de cintas simples que por esa misma virtud llegan a volverse cintas memorables y emotivas.

La premisa es algo muy visto en nuestro cine, Ramón un chavo del norte del país que está a cargo de su mamá y su abuela enferma, viaja a una ciudad alemana con la idea de trabajar allá y mandarles dinero para tener una mejor calidad de vida.
Si, el clásico sueño americano, ahora cambia de cede pero la película afortunadamente nos brinda más que a un inmigrante perdido en un lugar donde no entiende nada, además de que no se trata de un inmigrante, ya que en este caso cuenta hasta con su boleto de avión de regreso.



La película resulta ser una emotiva demostración de amor humano, sin condiciones, sin esperar nada del otro, simplemente ayudar a quien lo necesita. Nos muestra como Ruth, una anciana pensionada da asilo a Ramón en el sótano de su edificio, un hogar para adultos mayores, todos solitarios y esperando el momento de despedirse de este mundo.
Este mexicano, no sólo llega para ayudarles a las tareas que por su edad les es muy difícil realizar, sino que también les aporta esa vitalidad y les recuerda que aún es momento para bailar, reír y hasta aprender un idioma nuevo. Entonces se vuelve un interesante intercambio donde todos ganan, ellos se sienten cuidados, vivos y protegidos y el norteño tiene casa, comida y amigos, aunque a veces no sabe qué le quieren decir, él se las ingenia para poder mantener una comunicación "fluida" con Ruth y demás vecinos.

Pero, no todo es miel sobre hojuelas, esta el tendero, el limosnero y Sr. Schneider que no les encanta la idea de que este mexicano, ahora sin papeles, esté rondando su vecindario.

Ramón Castro, representado por Kristyan Ferrer, a quién hemos visto en "Sin nombre" y "El Infierno" por mencionar algunas, encarna a este viajero. Una actuación bastante creíble, se siente hasta el frío que el pobre pasa y su cara de preocupación al no entender ni una sola palabra de lo que le están tratando de decir.

Me sentí tan identificado con sus gesticulaciones, porque así sucede cuando uno llega a una ciudad donde sabe Dios qué dicen los letreros... es cuando las señas, los gestos, y las muecas nos salvan la vida y ahora sí, nos hacemos entender.
Una experiencia personal, estar en un intento de conversación una italiana, dos japoneses, una holandesa y yo. Recuerdo perfecto que tardamos todo el traslado (1 hora aprox.) para saludarnos y decir de dónde iba cada uno de nosotros.

El resto del elenco mexicano es Arcelia Ramírez y la nominada al Oscar por Babel, Adriana Barraza, Kristyan junto con los actores alemanes mayormente veteranos nos dan una muestra de humanidad y de esa búsqueda de cariño, de brindar ayuda y con ello, ayudarnos a nosotros mismos.



No podemos decir que no cuenta con escenas cliché, como es el que extrañe tanto el picante, que todos aman la música mexicana y esas escenas donde se muestra un pueblo mexicano sin servicios, lleno de polvo en contraste con un pueblo alemán con todos los servicios que el primer mundo ofrece e incluso, retrata como un anciano pensionado puede vivir perfectamente sus últimos días con la cantidad que se le destine. 

Sin duda, se vuelve algo predecible pero es, en definitiva un claro mensaje de amor y de esfuerzo.
De bondad y de reciprocidad sin necesidad de hablar el mismo idioma, que algunas ocasiones lejos de usarlo como medio de comunicación sólo nos aleja de las personas más cercanas.

Guten Tag, Ramón es entonces, una cinta de esfuerzo, valor y como moraleja... arriesguémonos, del suelo no pasamos y ese error nos puede dejar amistad, cariño y un aprendizaje para toda la vida.

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