lunes, 30 de noviembre de 2015

Steve... las dos caras de la moneda.

El inglés Danny Boyle ha dejado más que claro que sabe como contarnos historias con un ritmo constante y con versatilidad en la forma de presentarnos la trama.

Este vez nos cuenta la historia detrás de quién se considera un genio tecnológico y un revolucionario, Steve Jobs, el padre del iPod, iPhone, Mac, etc. 
Cuenta el lado oculto de este personaje, quién si bien tenía una visión y una idea bien fundamentada en la mente, también era alguien capaz de pisotear a quién sea con tal de conseguir sus objetivos.
Un ser mezquino, egocéntrico, orgulloso y que conforme se desarrolla la historia, nos permite entender un poco quien era realmente Steve y que había detrás de este personaje.



El guión es pieza clave y fundamental en una cinta como esta, ya que debe rescatar los momentos que son puntos de quiebra y al mismo tiempo, contar una historia que parezca única, aunque ya la sabemos en la biografía publicada, en el monologo que se hizo en honor a esté hombre y en otros materiales de cine.

Steve esta encarnado por Michael Fassbender, sin lugar a dudas y perdonando la comparación, deja a Aston como un 0 a la izquierda, su interpretación es fuerte e intensa.

El elenco que acompaña al nominado al Oscar esta conformado por Jeff Daniels y Seth Rogen que sorprende en el papel de Woz, ese informático amigo de Jobs, que estuvo a su lado desde el inicio, testigo del monstruo en el que se convirtió su amigo.
A pesar de los bien que están todos, destaca Kate Winslet esta inglesa sabe como transformarse, la hemos visto en infinidad de papeles y en todos tiene una credibilidad impresionante. Para mi, ella en su papel de Joanna Hoffman la asistente de Steve se lleva la cinta, siendo la cómplice y consejera de nuestro protagonista.



Esta historia se desarrolla en los años 80´s y 90´s por lo que debemos hacer mención al vestuario, el cual nos permite transportarnos a esas décadas.
Así mismo, el maquillaje es genial, rejuvenecieron y envejecieron a los actores, sin exceso, favoreciendo, por mucho, a las actuaciones de estos interpretes pero sin desviar la atención a lo importante, que es el diálogo.

Como comenté al inicio, tiene un ritmo interesante, con momentos de tensión y momentos de ironía, estos últimos casi siempre brindados por el protagonista.

Sin duda, esta cinta, sus actores y posiblemente parte del equipo estarán presentes en la 88va entrega de los premios de la Academia el próximo año.

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