viernes, 27 de noviembre de 2015

Shakespeare vuelve a la pantalla grande.

William Shakespeare, autor del libro en el que se basa esta historia, es uno de los dramaturgos más exitosos de todos los tiempos. 
Sus tragedias son parte medular en artes como teatro, cine y televisión. De sus obras más importantes se han hecho muchas adaptaciones en múltiples idiomas y no es para menos, la manera en la que William redactaba es única y atemporal, lo que hace a sus obras, algo vivo y contemporáneo. 

Macbeth es una tragedia que narra la historia de un guerrero escocés que junto con su esposa, son seducidos por tres brujas, las cuales les auguran el más proveniente futuro. Cegados por esas palabras, esta pareja hace lo que sea necesario para lograr lo que las tres misteriosas mujeres les pronosticaron.
Es así como Macbeth y su Lady entran en mundo de traiciones, deslealdades, ambición, sangre, rencor y muerte.



El nominado al Oscar Michael Fassbender ha dejado en claro las capacidades histriónicas que tiene, en esta cinta hay escenas donde simplemente su gesto y mirada lo dicen todo.
El miedo, la angustia y la inseguridad las demuestra corporalmente, sin necesidad de tanto texto. 
Marion Cotillard, ganadora del Premio de la Academia hace algunos años, personifica a la esposa del guerrero y esta simplemente perfecta. 
Esta Lady Macbeth además de hermosa, es una mujer calculadora, ambiciosa, quién tiene que tomar el mando en algunos momentos y hacer que su marido entre en razón.
La dupla de los protagonistas es buena, sólida.

El resto del elenco cumple cabalmente su rol, cabe mencionar al inglés Paddy Coisidine como Banquo, mano derecha en batalla de Macbeth y Sean Harris como el hombre que la ambición le arrebato a toda su familia, el leal Macduff.

Los escenarios que el director Justin Kurzel nos presenta son geniales, van desde paisajes fríos y austeros o un castillo sentado a las orillas del mar, hasta los interiores de un palacio desolado y lúgubre.
También, aunque no es una cinta donde puedan verse muchos cambios de ropa, los vestuarios lucen impecables.



Los diálogos están narrados en prosa, contiene muchos monólogos y silencios largos lo que puede hacer parecer la cinta lenta y un poco cansada, sin embargo, esto mismo nos permite adentrarnos en la mente de los personajes y entender el porqué de las cosas.
Las escenas de las batallas son sangrientas y muy reales.

Una película recomendada para los fanáticos del teatro clásico y los amantes del cine de arte. 

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