La directora Karyn Kusama (AeonFlux y La Invitación) nos cuenta la historia de Erin Bell, una detective que durante una fallida misión encubierta con un grupo de ladrones termina convirtiéndose en una mujer llena de rencor y venganza, sin motivación alguna por la vida excepto terminar con estos criminales.
Este odio y rencor le dan la fortaleza que necesita para llevar a cabo su venganza. Vemos a una Nicole demacrada, sin arreglo y con una frustración y tristeza permanentes en su mirada.
Aquí nuevamente se demuestra la capacidad actoral de la actriz más allá de sus cambios físicos, que en mi opinión abusan de los close-up, muchos planos de su rostro estropeado como para dejar claro que esta afectada es un tanto excesivo pero aún así, el trabajo de la protagonista es la que lleva todo el peso de la historia.
Sebastián Stan y Tatiana Maslany son parte del elenco, tienen papeles medianos pero que dan el soporte necesario para la interpretación de Kidman. En algunos momentos me pareció violenta y sangrienta, es como una versión light de "Kill Bill" sin embargo, me gusto la manera en la que la historia es narrada.
Sabemos como terminará el personaje y su desenlace no decepciona, creo que cumple con el deber ser de acuerdo a como nos plantean la historia.
Aunque en algunos momentos, sobre todo cuando se plantea la historia, parece lenta y sin razón de ser pero conforme se desarrolla la trama, queda claro el por qué de las cosas.
No creo que Nicole gane más allá de una nominación al Oscar, porque su trabajo esta bien hecho pero no para algo más.
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