lunes, 27 de abril de 2015

El amor es extraño o más bien, el amor adulto no es tan para siempre.

Recién leí un spot de unos amigos cineastas, hablando de esta película y después de ver el trailer se me antojo por el tema, más que por otra cosa.

"El amor es extraño" lleva un tema muy común y creo, poco llevado a la pantalla grande, ¿que pasa cuando dos hombres maduros gays deciden casarse después de décadas de relación?

No hablamos del amor eterno ni el juntos por siempre, aquí hablamos de una relación sólida y lo que sucede cuando se llega a cierta edad donde las cosas no son fáciles y donde el cuerpo y la mente empiezan una eminente decadencia.

Alfred Molina y John Lithgow son George y Ben, estos dos compañeros de vida que después de tanto tiempo deciden dar el "sí, acepto" en una ceremonia por demás emotiva, llena de familia y amigos de antaño.


No se cuestiona por nada la calidad actoral de estos señores, aunque para mi gusto John siempre me ha dado la impresión de estar como ido, como si no estuviera donde debe de. Pero la química que recrean en la pantalla es creíble y tierna.

Por cuestiones fuera de su alcance, el mundo como lo tenían programado cambia y deben tomar decisiones que definitivamente les mueve ese mundo que construyeron desde hace años.

Definitivamente, cuando vives con alguien le conoces más de lo que quisieras, es parte de lo que sucede cuando la pareja tiene que adaptarse a vivir con sus amigos, uno con una pareja de jóvenes fiesteros y por demás sociables y el otro, con la familia de su sobrino, donde sin duda, se termina enterando de la ropa sucia.

Marisa Tomei muy bien en su rol secundario, me gusta desde sus expresiones faciales, dando a entender lo que Kate, su personaje, esta viviendo.


Me gusta, es un melodrama pero no raya en la agonía total, no transmite tristeza, al contrario, es como esas cintas donde te hacen replantear el disfrutar el día a día.

Definitivamente es lindo pensar que siendo mayores vamos a tener la vida resuelta y linda, pero la realidad es otra, casi siempre. Y más cuando se trata de dos hombres, sin familia directa y con problemas económicos, definitivamente uno se da cuenta que el amor y el sexo y la atracción no lo es todo.

La realidad es que no es lo mismo convivir con alguien un par de horas que vivir con alguien y menos, si esa persona tiene ya tan arraigadas sus costumbres, sus modos y hábitos. 

Esta cinta nos enseña que NADA es para siempre, pero que definitivamente podemos disfrutar cada momento a tope.

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