miércoles, 2 de septiembre de 2015

Los 33...

Chile vivió un episodio bastante dramático hace 5 años, cuando un grupo de mineros quedo atrapado a más de 500 metros de profundidad, con muy pocas posibilidades de ser rescatados por el terreno en el cual se encontraban y lo inestable de la tierra.

Este suceso fue noticia en todo el mundo, las familias de los mineros no se dieron por vencidos y con la ayuda del gobierno chileno, preocupado también por como quedaría parado ante el mundo, en caso de no hacer nada, deciden hacer muchos intentos para llegar a los mineros.

A 69 días de haber quedado atrapados en la mina, la noticia de haber dado con ellos y de la sobrevivencia de estos hombres, conmovió al mundo entero.


Un lustro después la mexicana Patricia Riggen, que dirigiera antes "Bajo la misma luna", trae ahora este evento para la pantalla grande.
Rodeada de un elenco multinacional como los españoles Antonio Banderas y Mario Casas, este último estando en la cúspide de su carrera en España, los mexicanos Kate del Castillo, Adriana Barraza y Tenoch Huerta, entre otros. 
El brasileño Rodrigo Santoro, la francesa Juliette Binoche, el irlandés Gabriel Byrne, el famoso actor de "La Bamba" Lou Diamond Phillips de Filipinas y la chilena Cote de Pablo.

Tantos nombres y una historia igual de conocida dan como resultado una cinta palomera, cumple con la idea de poder sentir lo que las familias y los mineros pasaron durante esos días de espera e incertidumbre.

Los efectos especiales cuando sucede el derrumbe están muy bien, nos hace estremecer.
Sin embargo, siento que todo fluye demasiado fácil, no hay mucho esfuerzo, todos cooperan, todos aceptan las reglas, como si las cosas hubieran sido demasiado fáciles para todos los involucrados.

No hubo un momento de desesperanza, y eso que llevaban 60 días encerrados, salvo un alcohólico, pero esa reacción fue más por la falta del vicio que por la idea de quedarse enterrados.


Aunque sabemos como termine, es emotivo ver el rescate y todo lo que tuvieron que maniobrar para llegar a ellos.

Cumple con narrar una historia real, pero me queda a deber emoción. 

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